
Cuando a una persona se le diagnostica diabetes, según el tipo de diabetes que sea tendrá un tratamiento diferente que puede englobar diferencias en el tratamiento farmacológico, en la frecuencia de las revisiones, en los profesionales sanitarios que le asisten, en las pautas de modificación de estilo de vida que se le recomiendan, etc. Por ejemplo, cuando a una persona se le diagnostica diabetes tipo 2, su control y evolución de la patología lo hace su médico de cabecera y, sobre todo al principio, el control glucémico se centra en el análisis de la hemoglobina glicosilada cada cierto tiempo, en detrimento del análisis de las glucemias capilares o del tiempo en rango con los sensores de medición de glucosa flash.
Sin embargo, aunque existan estas diferencias a nivel de gestión sanitaria/hospitalaria, todas las personas con diabetes, sea cuál sea su tipo de diabetes, se benefician de una intervención sanitaria integrativa que alberga diferentes áreas. A continuación, vamos a analizar los pilares básicos del tratamiento de la diabetes:
- Medicación: la/el profesional encargada/o de la pauta de la medicación exacta para la persona con diabetes será el médico de cabecera o la/el médico endocrinóloga/o. El tratamiento farmacológico de la diabetes es muy variado que integra tanto insulinas como distintos tipos de medicaciones orales.
- Enfermería: Las personas con diabetes tipo 1 revisan con las/os enfermeras/os algunos aspectos de su tratamiento y evolución como la revisión de los pies, la presencia de lipodistrofias, las pautas alimentarias establecidas, así como el resto de aspectos de educación diabetológica para alcanzar un adecuado control glucémico.
- Alimentación: Sea cual sea el tipo de diabetes que se diagnostique, las pautas de alimentación son imprescindibles en el tratamiento. Por ejemplo, en la diabetes tipo 1 se enseña la técnica de contaje de hidratos de carbono para ajustar el tratamiento de insulina. De esta tarea, actualmente se encargan las/los profesionales de enfermería, sin embargo, desde La mesa azul reivindicamos el importante papel que realizan y podrían realizar las/os dietistas-nutricionistas dentro de los equipos de diabetología en la sanidad pública para desarrollar esta labor aplicando herramientas de educación alimentaria y nutricional. El trabajo de la/el dietista nutricionista va más allá de hablar o contar hidratos de carbono, sino que integra el fomento de un estilo de vida saldable y una alimentación adecuada al contexto de cada persona.
Además de todas estas áreas, las personas con diabetes también se pueden ver muy beneficiadas de introducir en su tratamiento multidisciplinar otras disciplinas como:
- Psicología: Las personas con diabetes pueden mejorar la gestión de esta patología crónica acudiendo a terapia con un psicólogo que les ayude trabajar sus emociones en relación con la diabetes. Con frecuencia, sabemos que existen dificultades en el proceso de aceptación de esta condición de salud. Consideramos que es importante incluir al colectivo de psicólogas/os dentro del equipo multidisciplinar que trata a las personas con diabetes.
- Ejercicio físico: Otro pilar fundamental es el ejercicio físico. Las personas con diabetes, al igual que toda la población, necesitan practicar ejercicio físico ya que éste tiene un papel fundamental en la mejora de los controles glucémicos. Sin embargo, en casos como los de diabetes tipo 1, se necesitan consejos específicos para aprender a manejar las glucemias con su correspondiente tratamiento de insulina y de alimentación. La inclusión de la actividad física puede cambiar la tendencia de los niveles de glucosa tanto al alza como a la baja, por ello es muy importante el asesoramiento de los profesionales de actividad física, dietistas nutricionistas, enfermeras/os o fisioterapeutas cuando se trata de ejercicio terapéutico.
Con este artículo hemos querido reflexionar sobre la importancia de tratar las diferentes áreas de salud con las/os profesionales adecuados en el tratamiento de la diabetes. Todo esto, sin lugar a duda, mejoraría mucho la vida de las personas y reduciría las complicaciones derivadas de esta condición de salud.
Esperamos que en los próximos años podamos contar con equipos multidisciplinares más completos en la sanidad pública para que así las personas con diabetes y sus familias y/o cuidadoras/es puedan recibir una educación diabetológica más completa, integral y específica.